La crisis del agua en Oriente Medio

Hannah Lynch ha escrito un excelente artículo sobre la crisis del agua en Oriente Medio.

Tigr-euphEn él explica que el agua ya es de por sí escasa en la zona, y que el cambio climático está empeorando aún más la situación.

Hace alusión a la migración masiva y a la excesiva concentración en núcleos urbanos, como en el caso de Siria, donde a finales de la década del 2000 1,5 millones de personas se desplazaron del campo a las ciudades. 

Sin embargo, el mayor peso argumental del artículo recae en el hecho de que durante siglos la política y los conflictos no han dejado de causar problemas. 

Hannah se remonta a las antiguas ciudades-estado sumerias de Lagash y Umma, y a la larga disputa que mantuvieron por las tierras de cultivo de las riberas del río Tigris, en el siglo XXV a. c. Umma fue incapaz de pagar durante un tiempo las rentas por los terrenos que cultivaba, y Lagash se vengó desviando el curso del río. Esto condujo a un conflicto que finalmente se resolvió con el que se considera el primer acuerdo de la historia firmado por el uso del agua, y ciertamente tal vez el primer tratado de la Historia jamás firmado. 

A lo mejor ha llegado la hora de llegar a otro acuerdo multilateral para asegurar el futuro del suministro de agua en la región. Varios países comparten solo dos ríos caudalosos: el Éufrates y el Tigris. Las aguas transfronterizas se rigen por la Convención de las Naciones Unidas sobre los cursos de agua de 1997, en virtud de la cual las naciones están obligadas a respetar y compartir equitativamente los recursos hídricos de sus vecinos. Siria e Iraq son dos de los apenas 39 signatarios del acuerdo. Turquía e Irán no se encuentran entre ellos. Y aunque Iraq, Turquía y Siria han firmado acuerdos bilaterales sobre la distribución del agua, no existe un acuerdo final entre estos tres países sobre los ríos que comparten. Esto hace que habitualmente se culpen unos a otros de sus problemas de abastecimiento de agua. 

Mientras tanto, i2O dispone de soluciones que garantizan que el agua que se pierde en la distribución sea la mínima posible.