Resiliencia: ¿está preparado?

¿Está preparado…?

Para protagonizar titulares aterradores y recibir una cuantiosa multa…


PreparedEl pasado sábado, casi un millón de viviendas en el Reino Unido se quedaron sin luz.

Pero no solo fueron las viviendas:  también los aeropuertos y hospitales.  Mucha gente quedó atrapada en el tren durante seis horas sin comida y sin poder ir al baño.  Por suerte, el problema se solucionó rápidamente y no saltó la noticia de que las compañías de agua no habían podido bombear agua potable ni las aguas residuales.  Esta vez…

El organismo regulador del mercado energético Ofgem solicitó «un informe detallado urgente» de National Grid, la empresa propietaria de la red eléctrica, y afirmó que las consecuencias podrían entrañar medidas coercitivas y una multa de hasta el 10 % de la facturación anual de la empresa.

En el sector del agua probablemente respiran aliviados pensando que esta vez no fueron ellos.  Además, gracias a un agosto lluvioso están pasando por una fase tranquila.

Pero no hay lugar para la autocomplacencia.  Todas las compañías de agua del mundo deben tomar nota de las noticias negativas que llegan de las grandes ciudades que se están quedando sin agua, preguntarse cuándo les ocurrirá lo mismo y prepararse para poder hacer frente a la situación y para solucionarla en caso de que sea inminente.

Para prepararse deberían tener la capacidad de controlar las presiones en la red de forma remota en todas las ubicaciones a fin de reducirlas.  De este modo, se dosificaría el suministro disponible y esto retrasaría lo máximo posible la necesidad de instalar tomas de agua públicas y trasladar el agua de un lugar a otro en camiones cisterna o en botellas, en lugar de por las tuberías.

La solución oNet de i2O se ha utilizado para este propósito en varias situaciones porque funciona con VRP y bombas, efectúa cambios de presión de forma muy homogénea, puede programarse con anticipación y los cambios de presión pueden ser mínimos y muy exactos.  Pero la mayoría de estos despliegues han sido in extremis, y no como parte de un plan de resiliencia que garantice la preparación.

En el Reino Unido sabemos que hay un plan de este tipo.  Pero tiene que haber muchos más.  Desde luego, este tipo de preparación debería ser la norma en las 4416 ciudades del mundo con más de 150 000 habitantes.

Imagen: Parlamento Europeo, reproducido bajo licencia Creative Commons 4.0 International