La calidad del agua importa y mucho

Los microplásticos es otro de los problemas del agua potable que debería preocuparnos.

Viene a sumarse a la lista de patógenos microbianos y sustancias químicas que actualmente representan riesgos conocidos importantes para la salud humana.

El Environmental Working Group ha publicado su Base de datos del agua del grifo 2021 que da una idea de lo que está sucediendo en los Estados Unidos.

Resulta que en el agua potable de decenas de millones de hogares se ha encontrado arsénico, plomo y las denominadas «sustancias químicas persistentes» (el perfluoroalquilo y el polifluoroalquilo, o PFAS).

Los problemas detectados afectan a las principales ciudades del país:

– La Autoridad del Agua y Alcantarillado del Distrito de Columbia, con 58 veces el nivel seguro de arsénico, 1200 veces el de ácido bromocloroacético, 328 veces el de bromodiclorometano, 116 veces el de cloroformo y 4,3 veces el de cromo hexavalente.

– La ciudad de Nueva York, con 73 veces el nivel seguro de bromodiclorometano, 80 veces el de cloroformo, y 2,1 veces el de cromo hexavalente.

Las compañías del agua tendrán que tomar medidas e invertir más para solucionar los problemas de la calidad del agua. La opinión pública está muy sensibilizada después de varios escándalos a nivel nacional, y está muy pendiente del problema.

Como es lógico, el agua que entra en la red de distribución debe ser potable. Pero es necesario supervisar la circulación de esa agua por el sistema de distribución, atender las quejas de los clientes, obtener información sobre las posibles causas (transientes, funcionamiento de las válvulas, etc.) para mejorar el diagnóstico, y confiar en el control remoto y el funcionamiento automático de los sistemas de limpieza. Solo así se puede garantizar la calidad del agua que los clientes utilizan para limpiar, cocinar y beber.