Los gigantes del software industrial ganan masa

Al igual que sucede cuando se crea un planeta, las grandes empresas siguen ganando masa hasta que alcanzan el equilibrio. Este ha sido el caso de Aveva, que ha adquirido OSIsoft por 5000 millones de dólares.

Como algunos ya predijeron correctamente, la creación de empresas de software industrial a partir de empresas de automatización industrial allanó el camino para que aparecieran los gigantes del sector.

AVEVA Group plc, empresa cotizada en Reino Unido, fue una adquisición inversa de Aveva por parte del negocio de software de Schneider Electric, con un reparto de 10 libras por acción de Aveva.

Recientemente, Autodesk ha adquirido Innovyze, Inc., empresa de tecnología de modelado y simulación de infraestructuras de agua inteligentes, por 5000 millones de dólares.

¿Pero esta consolidación beneficiará a los clientes?

Viendo la nota de prensa sobre la adquisición de OSIsoft, puede interpretarse como una victoria para todas las partes o como un mensaje confuso.  En el primer párrafo de la nota de prensa de Aveva, leemos lo siguiente: «Este acuerdo transformador para AVEVA refuerza nuestra posición como líder mundial en ingeniería y software industrial».  Un artículo de CRN añade: «[…] en una operación que otorga a AVEVA y a sus socios la capacidad de ayudar a los clientes industriales a acelerar su transformación digital».

Los beneficios para el cliente se han explicado en estos términos: en declaraciones a CRN, «nuestro verdadero objetivo es acelerar la transformación digital del sector industrial, que es una de las últimas industrias en pasar por esta transformación digital a gran escala», lo que podría interpretarse como «lo hacemos para ellos porque les conviene, aunque todavía no la estén adoptando». Desde Aveva lo explican así: «AVEVA y OSIsoft unirán fuerzas para ayudar a los clientes de las empresas industriales y esenciales a acelerar sus estrategias de transformación digital optimizando la eficiencia, reduciendo costes, extrayendo información útil de los datos y mejorando la sostenibilidad y la resiliencia empresarial», una frase redactada con mucha finura.

Esta evolución es fantástica para los accionistas, sobre todo a corto plazo.  Pero, a la larga, ¿será positiva para los clientes?  Un problema para ellos es que las soluciones cada vez son más generalistas y el coste de la integración aumenta.  Se alejan aún más de la mentalidad de sus clientes, basada en la ingeniería y centrada en productos de hardware.  Como ocurre en las entidades de gran envergadura, la innovación se ralentiza y los productos se anquilosan, hasta que se suplantan con productos de la siguiente ola de innovación.  Las empresas de hardware, despojadas de sus motores de crecimiento, están condenadas a tener márgenes bajos y ofrecer poco valor añadido.

Es posible que nuestros lectores no conozcan o no recuerden la historia de Arthur Andersen.  Esta empresa de contabilidad (además de asesoría fiscal y finanzas empresariales) fundó una consultoría de TI, que se convirtió en Andersen Consulting.  Después de haberse alimentado por su matriz en la fase inicial de crecimiento, y debido a una estructura que impedía la plena participación en los beneficios (Andersen Worldwide estaba formada por Arthur Andersen y Andersen Consulting), se escindió cuando los beneficios y el crecimiento, pero también el resentimiento, eran elevados.  Arthur Andersen volvió a crear otro negocio de consultoría (Arthur Andersen Business Consulting), para lo que necesitó un nuevo motor de crecimiento, un imán de talento y una forma de satisfacer las necesidades de sus clientes.

Tal vez sería mejor que las empresas de hardware y las consultoras pudieran mantener los motores que las impulsan, ya sean propios o adquiridos, que las soluciones siguieran siendo específicas para cada sector y que el ritmo de innovación se mantuviera estable.