Más fenómenos meteorológicos extremos

El sector del agua se enfrenta a dificultades contra las que nada puede hacer, y la tendencia es cada vez más acusada.

La demanda de agua es cada vez mayor a causa del crecimiento poblacional, la concentración en núcleos urbanos y el crecimiento económico.  Las infraestructuras están envejeciendo y no hay dinero ni siquiera para mantener su duración media, y mucho menos para mejorarla.  Los clientes cada vez son más exigentes.  La mano de obra está envejeciendo.  El agua escasea y los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes.

Fenómenos que antiguamente se daban una vez cada cien años, ahora ocurren varias veces en una década.

La Organización Meteorológica Mundial afirma que las catástrofes climáticas que afectan al mundo (sequías, inundaciones, tormentas, corrimientos de tierra, incendios forestales y temperaturas extremas) se han quintuplicado en los últimos 50 años.  Y en esos 50 años se han producido más de 11 000 catástrofes de este tipo.

Todos estos fenómenos, sean de la gravedad que sean, plantean dificultades a la industria del agua.  La falta de agua da lugar a restricciones.  Y cuando hay demasiada, los embalses se desbordan, las plantas de tratamiento y los alcantarillados se inundan, y el pretratamiento del agua se ve gravemente afectado.

Lo que antes podía ignorarse en las planificaciones por su escasa incidencia, ahora debe considerarse como probable.