¿Por qué esperar a que sea demasiado tarde?

Otra amenaza de día cero. ¿Aprenderá el mundo alguna vez?

La noticia ahora es que la Nelson Mandela Bay, en Sudáfrica, se quedará sin agua de aquí a dos meses.

Estando tan cerca geográficamente de Ciudad del Cabo, es sorprendente que aún no se haya aprendido la lección.

Al parecer, es la historia de siempre: la falta de inversión en infraestructuras. Con la finalización de la fase 3 del proyecto de Nooitgedacht se ha establecido un nuevo plan de suministro. Pero la distribución de agua por la red depende del funcionamiento de las estaciones de bombeo. Y con la sequía, han estado funcionando horas extras utilizando bombas de reserva como bombas de servicio. Esto ha provocado varias fallas en la infraestructura de las estaciones de bombeo.

La directora ejecutiva de la Cámara de Comercio de Nelson Mandela Bay, Denise van Huyssteen, ha declarado que los embalses de la ciudad corren el riesgo de secarse, ya que no se prevén precipitaciones importantes en la zona.

Las restricciones al consumo parecen inevitables.

Sin embargo, hay pruebas de que las fugas no se están detectando ni arreglando con rapidez.

Como en el caso de Ciudad del Cabo, la solución más rentable en este momento sería instalar un sistema avanzado de gestión de la presión en toda la red. Esto podría reducir las presiones sin tener que imponer cortes intermitentes en el suministro —con el consiguiente desperdicio posterior en la operación de vaciado— y supondría una reducción de la demanda de grifos abiertos y un ahorro del bien más preciado.