Se agrava la crisis del agua en California

Pero ¿por qué no mencionan las fugas?

Llevamos años hablando de las problemáticas a las que se enfrentan las compañías de suministro de agua:

  • Mayor demanda de agua a causa del crecimiento poblacional, la concentración en núcleos urbanos y el crecimiento económico
  • Escasez de agua y fenómenos climáticos extremos
  • Infraestructuras anticuadas
  • Envejecimiento de la mano de obra
  • Déficit de financiación

Son factores inexorables, imposibles de detener o prevenir.

Uno de los lugares donde se está viendo esto es en California (EE. UU.).

En 1924 la población era de 4,5 millones; en 1970, de 20 millones; en la actualidad tiene más de 39 millones, y sigue creciendo.

El estado está siendo azotado por una sequía persistente: 2021 fue el segundo año más seco de la historia con las temperaturas más cálidas jamás registradas; y 2020, el quinto más seco.

Las medidas suelen limitarse a las restricciones de agua. Por ejemplo, el Plan de contingencia para la escasez de agua del distrito de Beaumont-Cherry Valley prevé una serie de medidas que obligan a los clientes a ahorrar progresivamente más agua, desde una reducción voluntaria del 10 % hasta reducciones obligatorias que van del 10 % al 30 %.

El último informe de Next 10, titulado El futuro del nexo agua-energía-clima de California, contiene las siguientes recomendaciones:

  • Redoblar los esfuerzos de conservación y eficiencia del agua urbana
  • Acelerar la electrificación de los calentadores de agua
  • Mantener los niveles de las aguas subterráneas y ampliar el uso de bombas de aguas subterráneas más flexibles y de alta eficiencia
  • Proporcionar incentivos financieros y vías de regulación para que las compañías del agua inviertan en sistemas de distribución que consuman menos energía y emitan menos gases de efecto invernadero, como pueden ser los incentivos financieros y programas existentes para la eficiencia energética y la reducción de gases de efecto invernadero
  • Ampliar y estandarizar los informes de datos sobre el agua y el seguimiento del uso de la energía; y
  • Formalizar la coordinación entre las agencias reguladoras del agua y la energía sobre los cambios previstos en la demanda energética.

Falta un componente obvio:

  • Establecer objetivos obligatorios de reducción de las fugas

El proyecto de ley SB 555 ha exigido a los departamentos de agua urbana de California y a las compañías del agua privadas que auditen sus sistemas e informen al estado de sus pérdidas de agua anuales desde el 1 de octubre de 2017, pero eso no es suficiente. No es justo imponer restricciones a los consumidores cuando se podría hacer más para garantizar que una mayor cantidad del agua suministrada llegue a los clientes.